Nuevas interfaces para un mundo pospandemia
Resumen y paráfrasis del texto que se adjunta en el que se expone la necesidad de rediseñar y adaptar, a una sociedad muy diferente de las que las vio nacer, las interfaces educativas, laborales, culturales, políticas, ...
La mayor parte de las interfaces de las cuales participamos está demostrando su obsolescencia e incapacidad para adaptarse a la brutal transformación causada por la pandemia.
Una vez más, son los “tercos hechos” los que nos llevan a poner en discusión nuestros conceptos, teorías y modelos de análisis. Esta entrada está dedicada a algunas interfaces que, desde antes de la pandemia, comenzaban a mostrar sus limitaciones y ahora, ante el tsunami viral, han tenido que hacer un curso acelerado de adaptación para gestionar el cambio.
El rediseño de la interfaz educativa en todos sus niveles, desde el preescolar a la universidad, deberá partir de la traumática experiencia que hemos vivido en el 2020.
Interfaces laborales
Durante el siglo XX las oficinas pasaron de ser una prolongación de las fábricas a convertirse en extensiones del hogar, ya que incluían lugares para comer, máquinas de café y, con un poco de suerte, algunos privilegiados como Don Draper (Mad Men) incluso podían echarse una siesta. Si la revolución industrial movió a la fuerza de trabajo del campo a la línea de montaje, la revolución de los servicios los trasladó de la fábrica a las oficinas.
El COVID-19 está cambiando esta concepción de los entornos laborales. En estos días las grandes corporaciones digitales están apostando por el teletrabajo y el Financial Times incluso habla de “the rise and fall of the office“. Tal como acabamos de ver respecto a la educación, es muy probable que ciertos ámbitos del trabajo administrativo también vayan hacia un régimen mixto donde se alterne el teletrabajo con momentos puntuales en las oficinas.
Las interfaces políticas, como las laborales, las educativas o las culturales, también deben ser rediseñadas y adaptadas a una sociedad muy diferente de las que las vio nacer. Y cuando hablamos de rediseñar no estamos solo haciendo referencia a montar una pared con pantallas: se trata de repensar sus actores, relaciones y procesos de manera radical.
Ninguna de las interfaces hasta aquí mencionadas, ya sean educativas, culturales, laborales o políticas, cambiará simplemente incorporando un actor tecnológico (¿digital?) a la red de actores. Lo importante es transformar las relaciones y procesos, y para eso los actores tecnológicos pueden resultar de ayuda en algunas cosas pero, en general, no son tan importantes como solemos creer.
Fuente del resumen y la paráfrasis:
https://bit.ly/31ItUyP