Apuntes sobre los profesionales del escrache a la nueva alcaldesa de Don Benito
Por Javier Caso Iglesias, empleado público y analista político
En el día de hoy toda la atención ha estado puesta en la constitución de los ayuntamientos y la elección de los nuevos alcaldes. Y, en Extremadura, esa atención se ha centrado en la localidad de Don Benito, pues era la primera gran prueba del PP de Extremadura para derogar, de verdad, el sanchismo en esta región. Una prueba que ha sido un rotundo éxito a pesar de aquellos que han intentado desmerecer el acto con sus gritos y abucheos a la nueva alcaldesa de Don Benito que, por cierto, ha tenido que salir escoltada por la Policía del salón de plenos del Teatro Imperial de la localidad.
Y es que los profesionales del escrache están estos días desempolvando sus herramientas, pues se le acaba la mamandurria con que los riega el PSOE de los chiringuitos cada vez que gobierna allí dónde gobierna. Ahora que no pueden vivir del pesebre a cambio del aplauso a los líderes sanchistas, tienen que bruñir y pulimentar los megáfonos y las pancartas. Son los mismos profesionales "quema calles" de "Rodea el Congreso" que esta vez se han desplazado al salón de plenos del Teatro Imperial de Don Benito como así muestran los medios de comunicación.
Son esos escrachistas profesionales que, como indica el periodista Carles Enric Lopez, "persiguen presas como lobos pardos. Todos hablan de moral. Todos situaban la moral por encima de la ley. La profesan como una nueva religión. La historia demuestra que poner la moral por encima de la ley siempre ha sido muy peligroso. El más claro ejemplo es España, donde a pesar de tantos 'héroes', el dictador murió en la cama, con miles jaleándole hasta el último día. Curiosamente los mismos miles que luego eran demócratas convencidos. Ya saben: mover y engañar a borregos y analfabetos siempre ha sido fácil en este país". Y, como afirma este mismo autor, "lo peor de un 'escrachista profesional' es cuando van de víctimas y democratas cuando lo sufren ellos. Ver a los profesionales de los acosos indignados es de risa".
En Don Benito "la moral", "la religión" de estos escrachistas profesionales parece que era la fusión. Por cierto, más que fusión lo que han conseguido hacer Gallardo y Quintana ha sido una fisión y a los resultados me remito; por eso ha fracasado. De la mano de hooligans políticos y escrachistas profesionales se llega muy poco lejos, pues el PSOE no estaba interesado en unir dos localidades para el progreso y el bienestar social de las mismas, sino por tener un granero de votos subvencionado mayor y así dominar con más solvencia el aparato sanchista en Extremadura.
Por eso digo que esta primera gran prueba del PP de Extremadura, para derogar de verdad el sanchismo en esta región, ha sido un rotundo éxito. Un rotundo éxito que no necesitará ni siquiera del 2+2 en la alternancia al frente de la alcaldía de Don Benito, pues lo lógico y natural es que todo el electorado diverso y transversal que representa Siempre Don Benito conforme en las próximas elecciones municipales de 2027 una candidatura única junto al Partido Popular de Don Benito, para que de esta manera dar continuidad al gran proyecto de ciudad cuyos cimientos puso Mariano Gallego que, como escribe de él la Asociación “Torre Isunza”, fue un "eficaz gestor de gran proyección y entusiasta del progreso, que apostó por la excelencia y la calidad de vida de los dombenitenses, enfrentándose directamente a las vicisitudes y problemas cotidianos y extraordinarios del municipio, con valentía y soluciones alternativas".
La segunda gran prueba del PP de Extremadura es la de conformar el nuevo gobierno de la Junta que esté a la altura de las grandes expectativas que se han puesto en ellos. Esperemos que Vox esté también a la altura y se pongan a negociar lo antes posible como así les reclama María Guardiola, para que se pueda tener un pacto antes del 20 de junio que es cuando se constituye la Asamblea. En este proceso Vox tiene que tomar nota de las consecuencias que para ellos puede tener no comportarse de una forma rigurosa y responsable. Ya lo han comprobado en Andalucía y en Madrid, dónde de ser necesarios, y consecuencia de su falta de implicación en la gobernabilidad desde la oposición, han terminado siendo irrelevantes.