El renacer de la Iniciativa 15%


El 15 de marzo del año 2010 teoricé lo que llamé la Iniciativa 15%. Decía, parafraseando a Santi Benítez, que hay que ponerse a pensar, activar instrumentos para hacer posible ese cambio que demanda la ciudadanía, pues es evidente que es más que necesario. Solo hay que echar un vistazo al pais y a la región para convencerse de ello.

A día de hoy seguimos igual que entonces, siendo más indispensable e imperioso si cabe en estos momentos ese cambio político y, por tanto, esta Iniciativa 15%.

Para hacer posible esa Iniciativa 15%, decía en el año 2010 y lo mantengo en este año 2020, lo único que habría que hacer es movilizar al unísono a ese 15% del electorado que representamos aquellos que pensamos por nuestra propia cabeza (ese sería únicamente el tanto por ciento inicial de ciudadanos -así lo reflejan las encuestas- que estaría dispuesto ahora a dar el paso de reorientar su voto por estar ya maduras estas ideas en su mente).

Internet nos puede ser de una gran ayuda, la cuestión sería reflexionarlo entre todas aquellas personas activas en redes que navegan por Internet y determinar la opción política a la que votamos.

Imagínate (que diría John Lennon) si en las próximas elecciones generales, autonómicas o municipales designamos una opción política determinada y orientamos hacia ella todos nuestros votos y conseguimos que esta opción suba un 15% su representación. Tengamos en cuenta que ese 15% es el que da o quita gobiernos. A partir de ahí, si quieren sillón tendrán que comprometerse a gestionar con eficacia y rigor.

Además, establecer un programa electoral asentado en la eficacia y el rigor es cosa fácil; la mayoría de los ciudadanos que se mueven por Internet piden lo mismo. Incluso los programas electorales parecen calcos unos de otros. Una vez que tuviéramos unos mínimos objetivos claros establecidos, solo quedaría determinar su temporalización y evaluación sistemática -esto es lo fundamental- y pedirles funcionalidad práctica y resultados al partido político que deseara contar con nuestro respaldo. Si no garantizaran esa
funcionalidad práctica, y las propuestas no son logradas en la legislatura, en las próximas elecciones reorientamos el voto y apoyamos a otra opción política. Pragmatismo en estado puro.

Ya sabéis mi lema, todo es más fácil de lo que parece; es cuestión de ponerse a ello. Además, en este país siempre gana la opción menos mala. Es lo único que se pediría a la opción política elegida en la cual depositaríamos nuestros votos, que sea la menos mala de las que a la liza electoral se presenten.

Estamos viviendo plenamente en los tiempos confusos que Federico Nietzsche describía en La gaya ciencia, "Hemos dejado esta tierra sin su sol, sin su orden, sin quién pueda conducirla... ¿Hemos vaciado el mar? Vagamos como a través de una nada infinita". Pero es un tiempo confuso transitorio, pues como a continuación indica
Nietzsche en el mismo aforismo, "el rayo, el trueno, la luz de los astros, y los actos heroicos de los hombres requieren su tiempo para arribar". Tal vez este renacer de la Iniciativa 15% sea ese arribar de la luz de los astros y de los actos heroicos de los hombres.

Ludwig Wittgenstein definió muy bien este nuevo tiempo cuando dijo: "No hay enigmas. Si un problema puede plantearse, también puede resolverse".

Lo principal de ese programa, su piedra angular o piedra de fundación, ha de ser su metodología. Sobradamente hemos visto que la actual poliarquía o policracia es una mala praxis. Tengamos en cuenta que no es lo mismo una democracia que un gobierno de la mayoría (poliarquía). Los gobiernos de la mayoría, y ejemplos a lo largo de la historia existen muchos, terminan trasformados en "la dictadura de la mayoría" (dictaduras bolcheviques, del ruso Большевик, Bolshevik o Bolševik, "miembro de la mayoría"), que puede ser peor que una dictadura abierta, porque se presenta con la careta de la democracia; pero arrasa los derechos de la minoría, y puede terminar usando la fuerza, el ostracismo o la exclusión, para lograr sus propósitos. De lo que se trata es de buscar el consenso, no imponer el criterio de una parte. Además, toda fracción que se hace vasta termina convirtiéndose en facción (camarilla) y lo vasto (extenso) transformándose en basto (burdo e inapropiado).

En resumen: El renacer de la Iniciativa 15% para que el consenso (democracia) sea la opción metodológica elegida frente a la imposición del criterio de parte (poliarquía) a la hora de resolver problemas con eficacia, rigor, funcionalidad práctica y resultados.


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