Que la convocatoria de Elecciones Generales no nos impida analizar el éxito electoral de María Guardiola en Extremadura


Por Javier Caso Iglesias. Empleado público y analista político

Mucho ha corrido Pedro Sánchez para convocar Elecciones Generales, una nueva cortina de humo para no examinar y estudiar con paciencia y detenimiento qué ha pasado en las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo en España.

El refrán lo dice claramente, el que mucho corre pronto para. Y me temo que Pedro Sánchez y el actual partido sanchista en el que se ha convertido el PSOE parará en seco el próximo 23 de julio de 2023.

El sanchismo no ha terminado de entender que la ciudadanía, en especial la parte más consciente de la misma, ya domina el arte de evitar y esquivar los mecanismos alienantes de esa modernidad líquida, como diría Bauman, en la que Pedro Sánchez y el actual PSOE nos han querido sepultar para hacer imposible el ejercicio de nuestro derecho a autoconstituir una vida individual, emanciparnos y despegarnos de una sociedad controladora, totalitaria, uniformadora, homogeneizante como la diseñada por el sanchismo para España e imperante en la actualidad, bajo la denominación de populismo y para desgracia de los pueblos que la padecen, en un buen número de países de América Latina.

Sin más preámbulos vayamos a lo interesante y, lo más sugerente, sugestivo y cautivador, es lo que ha pasado en Madrid y en Extremadura; sin olvidar lo acontecido en Andalucía y en el resto de España este 28M.

Y lo que ha pasado es que frente a un PSOE-Podemos instalados en el discurso de lo ideológico, concepto bastante rancio a la altura del siglo XXI en el que nos encontramos; ha surgido como alternativa un PP transversal que ha entendido perfectamente el concepto de votos prestados para llevar a cabo acciones concretas.

Llevo teorizando el Espacio del 15% bastantes años, incluso antes de la aparición en la escena política de Podemos, Ciudadanos y Vox. Con el Espacio del 15% me refiero a esa parte del electorado que cada día es más consciente del poder de su voto y que, a través de las redes sociales, así como de las nuevas herramientas que posibilita Internet, se organiza en función a sus intereses concretos como grupo. Este es un espacio político-electoral que demanda a los políticos cumplir sus promesas electorales y, de no ser así, no sólo no votarlos; sino votar al partido que pueda llevar al partido gobernante, en el caso actual al PSOE, a la oposición; para que no pueda seguir con su desgobierno ni en solitario ni en coalición. Por ello se ha dado un doble voto de castigo, tanto al PSOE como a Podemos. El objetivo era llevar al PSOE a la oposición y que no pudiera gobernar ni en solitario ni en coalición.

Este espacio del 15% es un espacio electoral transversal, que no practica el voto identitario ideológico; pues conocido es que el voto identitario ideológico es el que lleva a ese comportamiento que describe la frase "tápate la nariz y vótanos como lo haces siempre". Este voto transversal, además, trasciende bloques ideológicos; no está constreñido por ellos. El ejemplo actual más claro es el de los leguinistas (seguidores de Joaquín Leguina) que en Madrid votan en su totalidad a Isabel Díaz Ayuso.

Y es ese espacio del 15% del electorado el que en Extremadura ha dejado de votar al tándem PSOE-Podemos, por sus fantasmagorías ideológicas, y han votado en su conjunto a María Guardiola. Y lo han hecho por entender, como así nos ha trasladado María Guardiola, pero también Juanma Moreno, José Luis Martínez-Almeida, Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo, que los votos son prestados a cambio de una gestión ejemplar, eficiente, competente y con resultados prácticos constatables y evaluables. Esto es, compromisos electorales a los que se le asigne dotación económica y presupuestaria, sean calendarizados y ejecutados en la legislatura.

Para acabar con este análisis del éxito electoral de María Guardiola en Extremadura, quisiera apuntar algunas indicaciones para que el próximo 23 de julio de 2023 pueda incluso ser mayor el número de votos que consiga el PP con respecto al PSOE. Es por ello que hay que estudiar el comportamiento de los electores localidad a localidad para entenderlo. En la mayoría de ciudades y pueblos de nuestra región el número de votos logrados por María Guardiola en las autonómicas ha superado al cosechado en las municipales, pero en alguna ciudad no ha sido así. No hay que confiarse. El tener un alcalde o alcaldesa gestionando esa ciudad o pueblo no es garantía de que los votos se trasladen mecánicamente por parte de los votantes de las listas municipales a las papeletas autonómicas o nacionales. Hay que hacer campaña intensa en esas localidades también y difundir el proyecto autonómico o estatal de cara al próximo día 23 de julio de 2023, pues el número de votos no cosechados en esas localidades hubiera sido más que suficiente para lograr un escaño más en favor del PP en la Asamblea de Extremadura.

Y no quiero terminar sin decir que el hecho de que Vox esté en la Asamblea de Extremadura no ha de ser inconveniente para tratar de entenderse con ellos y llegar a acuerdos que beneficien a Extremadura y a los extremeños. Es obvio que la investidura de María Guardiola como presidenta de la Junta de Extremadura depende de ellos. El objetivo ha de ser hacer entender a Vox que su espacio electoral puede ser más útil a Extremadura si su comportamiento político e institucional es similar al de Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia, que al del populista Donald Trump. Pues allí dónde Vox practica el trumpismo terminan por ser irrelevantes como en Madrid o Andalucía.



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