Aforismo sobre la formación profesional y la educación en España
Por Javier Caso Iglesias. Analista Político-Electoral
Con lo fácil que sería habilitar a los empresarios (o a algunos trabajadores de sus empresas con formación universitaria) como agentes formativos y llevar a cabo la Formación Profesional de Grado Básico y Medio (e incluso la de Grado Superior), en su totalidad, en los propios centros de trabajo. Una formación más experiencial, útil y práctica, menos academicista y verdaderamente orientada hacia competencias constatables mediante destrezas y habilidades profesionales reales.
Pero los responsables políticos e institucionales, a pesar de las veces que se les ha dicho, están a otra cosa. Siempre les termina pillando el toro, y los demás sufriendo las consecuencias. Como solía decir Wilhelm Reich: "Todo es más fácil de lo que parece".
Con el sistema educativo ocurre lo mismo. El fracaso escolar es consecuencia fundamental de la falta de técnicas y hábitos de estudio de los alumnos y de sus familias. ¿Por qué no se establecen asignaturas y materias para abordar esta cuestión a quienes carecen de ellas antes de otras que en el currículum académico se consideran más importantes y que no lo son? Por ejemplo, un alumno, sin técnicas y hábitos adquiridos, en un aula lo único que puede hacer para evitar el aburrimiento es boicotear la clase, perjudicando al resto de alumnos y al profesor.
¿Tan difícil es ver esta evidente realidad por parte de los responsables políticos e institucionales? ¿O lo que en verdad se desea por parte de estos es hacer fracasar al sistema educativo?
Si un alumno no tiene perfil académico o no puede adquirirlo, se le ha de ofrecer la alternativa de ser formado profesionalmente en un centro de trabajo. Se habilite por tanto a las empresas para que puedan formar a sus trabajadores como en las mejores épocas de desarrollo industrial y empresarial de España sucedía.