María Guardiola ha logrado poner a Extremadura en el foco de atención de España
Por Javier Caso Iglesias, empleado público y analista político
Aseveraba Alfred Adler que todo puede ser así como también todo lo contrario. Y en este artículo voy a demostrar que Vox debería apreciar y valorar las palabras que durante estos días le ha dedicado María Guardiola, pues las cosas pueden ser como Vox las interpreta, pero también todo lo contrario. Y sostengo que si Vox aprende a analizar objetivamente lo manifestado por María Guardiola del partido de Abascal, este evolucionará, de una especie de Alternativa para Alemania (AfD) que es lo que parece ahora, a un partido similar al de la Presidenta del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni.
Muchos se preguntan si existe una estrategia calculada al milímetro, diseñada por la dirección extremeña del PP, detrás de las declaraciones de María Guardiola. Yo creo que así es y que logrará resultados positivos. María Guardiola ha logrado poner a Extremadura en el foco de atención de España. Eso no sucedía desde los tiempos de Juan Carlos Rodríguez Ibarra. No hay programa de televisión o tertulia radiofónica que no hable de la extremeña María Guardiola.
Y es que María Guardiola está marcando los actuales tiempos políticos, no sólo en Extremadura, sino también en España. Ante esta realidad yo creo que Abascal tendrá que replegar velas, llamar a Feijóo y pedir algún cromo más en alguna otra región en las que pueden ser aceptados por el PP como Baleares, Aragón o Murcia; y así librarse de seguir escuchando las verdades del barquero que le ha trasladado sin anestesia, pero con cariño, María Guardiola.
Y digo con cariño y lo razono. Pues alguien, algún día, le tenía que decir a los de Abascal que con esas formas que se gastan van a llegar muy poco lejos; pretender ser el Podemos, al estilo Pablo Iglesias, de la derecha no es ningún objetivo loable. Y ha sido María Guardiola la que le ha indicado a Vox, y a los lugartenientes que han venido de paracaidistas a Extremadura a negociar suplantando a sus diputados en la Asamblea de Extremadura, que hay que ser firmes en los principios pero flexibles en las formas, o dicho sea con esa otra frase más bíblica de Mateo 10:16-33 que afirma: "Sean astutos como las serpientes, pero sencillos como las palomas". Y a Vox le ha faltado astucia para entender que en estos tiempos que corren hay que reconocer dos evidencias, la relativa a los derechos, tanto de las mujeres como del colectivo LGTBI+; y cambiar su relato negacionista de la violencia machista, pues existe. Como así los datos constatan y los más de 1.100 violadores, pederastas y abusadores sexuales (que han visto reducidas sus penas, e incluso algunos de ellos puestos en libertad por la chapucera ley del "Sí es sí" de PSOE-Podemos), evidencian. El solipsismo político terminará llevando a Vox a la marginalidad. A una especie de Alternativa para Alemania (AfD) como digo.
Por tanto lo que corresponde ahora es recomponer el marco negociador por parte de Vox y buscar otras formas de control del gobierno regional que no sea teniendo dos consejeros en la Junta de Extremadura. Vox debe aprender que desde la trastienda se puede controlar incluso mejor que desde el primer plano mediático institucional, es una verdadera maestría y arte que no ha sabido ejercer en otras plazas (Asambleas/Parlamentos) como la de Madrid o el de Andalucía. Y, por cierto, no hay que olvidar revocar a la actual Mesa de la Asamblea de Extremadura y elegir una nueva en la que el PP tenga tres puestos y Vox esté representada con uno como así garantizarían sus votos si van unidos. Al sanchismo ni agua. Hay que arremangarse y derogar al sanchismo lo antes posible en Extremadura. Ánimo en el empeño y adelante.